Empezamos el viaje...

Lilypie Waiting to Adopt tickers

lunes, 24 de octubre de 2011

SEA

Las frases más repetidas desde que empezamos el proceso de adopción son: “no os desesperéis”, “no contéis el tiempo”, “todo llegará”, “no lo penséis”…

Desde luego los que más repetimos esas frases somos Chema y yo. A veces Chema me ha confesado que, tanto es así, que llega a tener remordimientos por no pensar en su hijo/a. Pero yo le animo diciéndole que es más fácil así. Ya tendremos tiempo de pensar, de desesperarnos, de tener instintos asesinos o de celebrarlo por todo lo alto.

Pero, ¿cuándo es pronto o tarde para desesperarse? ¿Quién pone los límites?

Hoy hemos considerado que eran demasiados días sin noticias de “Gurb” y Chema ha llamado a Bienestar Social simplemente para informarse de las fechas de los cursos. Ante su sorpresa, le han contestado que no estábamos en el grupo convocado para Noviembre porque estaba lleno y que ahora mismo no tenían suficiente gente para hacer un curso en Diciembre o Enero. Imagino que la cara de Chema ha sido exactamente esta: ¿? Al igual que la mía. ¿En que quedamos? ¿Hay tanta gente como para llenar un grupo? ¿Os falta gente?

En fin, ante eso, no se puede hacer nada y tendremos que conjugar infinitamente el verbo “resignarse”. Pero, sinceramente, hubiera preferido que me dijeran que ante tanta demanda de padres adoptantes y tanta falta de niños adoptivos, van ahogados de trabajo. ¡Ojalá no hubiera niños que adoptar! Nos pondríamos “en faena” de inmediato. Pero no, son muchos los niños que nos esperan y poca la organización de Bienestar Social.

Tendremos que escuchar muchas veces esta canción:

“Ya estoy en la mitad de esta carretera
tantas encrucijadas quedan detrás.
Ya está en el aire girando mi moneda
y que sea lo que sea.

Todos los altibajos de la marea,
todos los sarampiones que ya pasé.
Yo llevo tu sonrisa como bandera
y que sea lo que sea.

Lo que tenga que ser, que sea.
Y lo que no por algo será.
No creo en la eternidad de las peleas,

ni en las recetas de la felicidad.

Cuando pasen recibo mis primaveras,
y la suerte este echada a descansar,
yo miraré tu foto en mi billetera,
y que sea lo que sea.

Y el que quiera creer que crea,
y el que no, su razón tendrá.
Yo suelto mi canción en la ventolera,
y que la escuche quien la quiera escuchar.

Ya esta en el aire girando mi moneda
y que sea lo que sea.”

martes, 11 de octubre de 2011

MI TÍA LUCÍA!

Todos los que me conocen saben que soy de lágrima fácil.

(Haciendo un primer paréntesis tengo que decir que últimamente reflexiono mucho acerca de mis llantos, que en ocasiones me parece que son por alegrías o recuerdos, penas o rabias y otras la alternativa a no reventar ante alguien. Pero de esto intentaré recavar información para otro post.)

Continuando con lo que decía, pienso que no es ningún mérito hacerme llorar porque no es algo que me cueste especialmente, pero hay casos en los que me debo censurar un poco a mi misma.

¿Os cuento el último?

Hoy he llevado a mi sobri al cole como vengo haciendo últimamente y a las 17h la he ido a recoger. (Me encanta esta nueva responsabilidad-privilegio)

Cuando la dejo le pido que me de un beso y casi sin mirarme sale corriendo para su fila y se pone a hablar con alguien o a cogerse de la camiseta de su compañero de delante para salir tan formal rumbo a su clase. Me sorprende la facilidad de adaptación y sociabilidad que tiene esta niña. Llevarla es genial. Hablamos de cosas que nunca pensé que hablaría con una criatura de 3 años. Me pregunta que ropa se podrá poner cuando sea mayor, me dice los nombres de sus compañeros del grupo “groc”, amenaza con ir a decirles a mis alumnos del instituto que la fruta es buena, que cura mucho o que me tienen que hacer caso porque soy su tía. Otras veces me dice que si pilla al que le ha quitado los nudos que le hice yo de la mochila le va a decir 2 cosas, que sujete a sus animales imaginarios que están muy suavitos o que “marre mía que roñoso está esto”. Otras que de mayor va a ser maestra pero de niños pequeños (no como yo) porque no tienen juguetes y es muy aburrido.

En fin, conversaciones variadas en las que siempre se me escapa una sonrisilla. Yo pienso, entonces, que no podría ser más feliz. Que mi nivel de amor toca al límite con lo que siento por ella que es lo más parecido a un hijo que tengo. Me siento orgullosa de ella, me siento gratificada con todo lo que me da de forma gratuita.

A las 17h he ido a recogerla. Estaba en la puerta desde las 16:35 escuchando los ruidos de un colegio a punto de estallar. Sale la primera y la segunda fila pero no va su profe en cabeza. Y ahí sale su seño y a pesar de ir de las últimas de la fila la diviso al instante como con un instinto especial y me pongo a observarla. Como se coge de la camiseta de su compi y va sonriendo a todas partes. Me busca pero no me ve y de repente me encuentra entre la marabunta de padres, madres y yayos que esperan impacientes en la puerta. Y se le escapa de su sonrisa habitual una sonrisa gigante y luminosa y se gira a su compañero para decirle: - Es mi tía Lucía! Y dejando al niño con la palabra en la boca se vuelve a girar hacia mí para volver a sonreír. Momento en el que se me saltan las lágrimas y tengo que secarme antes de que me vean los demás padres. Cuando llega su turno la seño le pregunta: Quí ha vingut a per tu? (¿Quién ha venido a por ti?) Y ella contesta segura de sí misma: mi tía Lucía!




sábado, 8 de octubre de 2011

30 RAZONES PARA QUERERTE

Hace unas semanas hice una promesa un tanto extraña. Le prometí a una persona escribir sobre ella en mi blog. Más que escribir sobre ella era explicar el porqué de mi cariño hacia ella. Siempre le digo que la quiero pero que no se el motivo. Y en cierta manera es así. No me refiero a que no tenga motivos para quererla, es más bien, que no entiendo como he llegado a quererla tanto en tan corto plazo (la conozco desde hace menos de 2 años). Pero cuando intento explicarle a alguien esto mismo me emociono y lloro (como cuando se lo contaba a mi suegra el día de mi boda). Y lloro porque estamos (mal)-acostumbrados a pensar que el amor debe ser proporcional al tiempo. Una mentira de las más grandes que he escuchado nunca. Y lloro porque me siento agradecida infinitamente por lo que me da. Me dijo literalmente “deberías pensarlo y escribirlo. Poca gente me quiere, así que los casos como el tuyo deberían quedar registrados” Y digo yo que será que esta chica debe ser como un “gremlin” y cuando se moja se transforma porque hasta el momento tengo muchas más razones para quererla que para olvidarla. No acabo de creerme que no la quieran pues me parece algo realmente sencillo. En fin, he hecho una recopilación de razones para explicarlo, aunque cada día he ido añadiendo nuevas y esto no se acaba.

Espero que veas el lado positivo y con esto te demuestre, al menos, que los 30 no tienen porque ser malos.

Te quiero…

  1. …porque me abriste las puertas de tu casa sin conocerme.
  2. …porque me aconsejas sobre la adopción con la más absoluta sinceridad.
  3. …porque en menos de dos años te he visto más que a mucha gente “cercana”.
  4. …porque siempre que has intuido en mi un ápice de tristeza me has buscado.
  5. …porque eres sincera conmigo.
  6. …porque me abrazas cuando hay que abrazar.
  7. …porque te admiro.
  8. …porque me tratas de igual a igual.
  9. …porque cada vez que me despido de ti tengo ganas de volverte a ver.
  10. …porque cuando llamas tú, descuelgo el teléfono.
  11. …porque cuando estás lejos, te siento lejos.
  12. …porque te has convertido en una amiga en un tiempo record.
  13. …porque cuando me pasa algo pienso en ti.
  14. …porque contigo soy tal como soy.
  15. …porque haces unas ensaladas buenísimas.
  16. …porque ya no pones el mantel de tela.
  17. …porque creo que ya no tienes miedo a que rapte al peque.
  18. …porque sacamos más de un 80% de compatibilidad en el test chorra.
  19. …porque valoras mis regalos y me lo haces ver.
  20. …porque lloraste en mi boda.
  21. …porque no me hace falta conocerte desde la infancia.
  22. …porque eres roja.
  23. …porque aunque no estés de acuerdo, me apoyas.
  24. …porque hay mil canciones que me hacen pensar en ti.
  25. …porque entro cada día en tu blog para leerte.
  26. …porque no podría imaginarme la vida sin ti.
  27. …porque dices cosas que pienso antes de que yo las diga.
  28. …porque me regalaste un bote de aceitunas de 7 kilos.
  29. …porque me haces rabiar.
  30. …porque aun tengo que conocer tu faceta “bestia”.


En definitiva, y como dijo Pablo Milanés: te quiero…

… porque te quiero!