Cuando Lola llegó a
casa y después del shock inicial que supone aterrizar en casa como padres
novatos, nos dimos cuenta de que con pocos días de vida ya tenía unas
preferencias muy claras:
No creo que sea definitivo pues ya ha cambiado de hábitos anteriormente, pero desde hace 3 semanas disfrutamos de la tan conocida “sobremesa nocturna” o ratico de sillón, tele y/o internet, y acurruques varios en pareja (mentes cochinas no le deis vueltas que sólo hablo de dormirse uno encima del otro mientras hacemos que vemos la peli zzzzzzz) y de esta costumbre que es dormir más de 8 horas seguidas con la tranquilidad de que se ha quedado tan contenta jugando y llamándote cuando se le cae el chupete.
Pues ahora que no me salten con chominadas tipo: si dejas a tu hija en la cuna no creas un lazo con ella, o de mayor tendrá un trauma por sentirse abandonada, o historias de este tipo. Lola ha decidido que quiere dormir sola y nos lo ha hecho saber. No soy ni mejor ni peor madre por hacerlo así, simplemente sigo mi instinto y el de mi pareja y de momento no nos va mal. Lola ha sobrevivido a nosotros 4 meses. =)
Una
de ellas era que no le gustaba que le taparas los brazos. Se movía y movía
hasta que los sacaba del edredón.
Otra
que sólo se tomaba bien una marca de biberones que nos llegaron por casualidad
(en un sorteo de mamisybebes), los Green to Grow. Ni Doctor Browns, ni leches.
Otra que le gustaba
dormirse en posición vertical. Según tiraba el aire después del bibe se iba
quedando apoyada hasta que se dormía. Esta preferencia ha ido evolucionando y
después de la verticalidad pasó a querer dormirse en horizontal, escondiendo la
cara entre mi cuerpo y mi codo. Cuanto más escondida, mejor dormía. Luego, la
noche en que le pincharon las vacunas de los dos meses, empezó a dormir toooda
la noche (y cuando digo toda la noche digo de media 8 horas).
La
última moda es que no quiere que la duermas en brazos. Se acabó el esconderse
en el codo para conciliar el sueño. Ahora no quiere que la inclines ni lo más
mínimo. Después de una semana desesperados probando y probando posturas para
dormirla, decidimos probar a dejarla en la cuna. ¿No dicen que una madre sabe
lo que quiere su hija? (y yo añado: un padre también) La prueba funcionó. Lola
quiere dormirse sola y así lo hace. Le pongo un muñeco musical colgado en alto
de la cuna y ella lo mira, le habla, se quita el chupete, se muerde una mano, y
poco a poco se va relajando. Nosotros entramos varias veces a recolocarle el
edredón y el chupete, le acariciamos un poco la frente y chin pun.
No creo que sea definitivo pues ya ha cambiado de hábitos anteriormente, pero desde hace 3 semanas disfrutamos de la tan conocida “sobremesa nocturna” o ratico de sillón, tele y/o internet, y acurruques varios en pareja (mentes cochinas no le deis vueltas que sólo hablo de dormirse uno encima del otro mientras hacemos que vemos la peli zzzzzzz) y de esta costumbre que es dormir más de 8 horas seguidas con la tranquilidad de que se ha quedado tan contenta jugando y llamándote cuando se le cae el chupete.
Pues ahora que no me salten con chominadas tipo: si dejas a tu hija en la cuna no creas un lazo con ella, o de mayor tendrá un trauma por sentirse abandonada, o historias de este tipo. Lola ha decidido que quiere dormir sola y nos lo ha hecho saber. No soy ni mejor ni peor madre por hacerlo así, simplemente sigo mi instinto y el de mi pareja y de momento no nos va mal. Lola ha sobrevivido a nosotros 4 meses. =)
¿Que? ¿Está o no está a gusto?
1 comentario:
No lo quería repetir, pero ... psssss, eres un ángel caido del cielo, Lucía.
Feliz noche a los tres.
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